Las formas de comunicación literaria muestran cómo podemos transmitir la literatura a los niños.
Hay tres formas de hacerlo:
Cuentacuentos.
Consiste principalmente en narrar una historia sin ningún apoyo visual y se trata de la manera más antigua de trasferir la literatura. Su objetivo primordial es que el niño desarrollo la imaginación ya que si no tiene una imagen seleccionada, él mismo se la hará en su imaginación. Esto, el que den a los niños las imágenes dadas – no sólo hablo de la literatura, sino de la vida en general- genera que los niños no desarrollen su imaginación como debería ser.
No sólo existen cuentacuentos para los niños, sino que también los podemos encontrar para adultos aunque en este caso más que cuentos, son monólogos. Los cuentacuentos para niños son completamente distintos ya que con ellos hay que interactuar, hay que ser expresivos, enfatizar los signos… en el caso de las voces, hay que tener cuidado ya que los cambios sólo se podrán hacer en tres personajes para que quien cuenta el cuento y los niños no se líen con las diferentes voces.
El cuentacuentos es adecuado en educación infantil, aunque sería mejor introducirlo en primaria.
Se podría utilizar en el cuentacuentos algún elemento visual, como algún adorno para hacerlo entretenido o para crear un ambiente determinado. De la misma manera, se puede interactuar con alguna marioneta.
Narración con libro.
En educación infantil sólo se utiliza en el primer ciclo. Se trata de contar un cuento enseñando a los niños el libro el cual tiene imágenes y algunas palabras, de tal manera que, a diferencia del primero, en este caso sí que existe un apoyo visual. Debido a esto es preferible que los libros sean en ediciones grandes ya que será más fácil mostrar las imágenes.
Con este tipo el niño tendrá un soporte en el que apoyarse para poder seguir la escucha y, además generamos el desarrollo del razonamiento iconónico. Lo que veo de negativo es lo que veo de positivo en el anterior, y es que así no fomentamos el desarrollo de la imaginación.
Para que la narración con libro sea natural y se lleve bien a cabo es necesario que el narrador se sepa el libro y permitir a los niños que formen parte de la narración.
Lectura.
Este, al contrario que la narración con libro, no se debe emplear en el primer ciclo de infantil sino que es recomendable en el segundo ya que a estas edades el niño comprender el concepto de lectura y ven cómo debería ser.
Al ser lectura, el maestro debe leer literalmente el cuento, y los textos de autor son los más adecuados para este tipo. Además, al contrario que en el cuentacuentos, sí hay que cambiar las voces de los personajes.
En cuanto a las imágenes, es mejor que primero se lea la narración y posteriormente se muestre las imágenes- como debe ser al leer un libro y luego ver una película- ya que así aparte de fomentar la imaginación, también fomentamos la paciencia.
Lo ideal es hacer una animación antes de leer la historia para así crear expectación e interés en los niños, y posteriormente de contar el cuento hay que dejar que los niños se expresen hablando del cuento, haciendo preguntas, exclamaciones… Para que los niños respondan a las preguntas debe habérseles leído más de una vez la historia ya que a la primera sólo comprenden lo básico.
Una vez explicadas las tres hay que tener un detalle muy claro. Cuando se le dice a un niño “vamos a contar un cuento” no hay que leerlo, sino contarlo, y de la misma manera pasa de manera contraria. Si hacemos esto genera en el niño una confusión de conceptos claramente distintos.
Muy bien.
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